Por regla general, las mujeres pasaban sus horas de ocio cuidando de su familia y de su casa por lo que no tenían mucho tiempo que dedicar a la diversión. Sin embargo, es cierto que existían algunos juegos destinados al disfrute del sexo femenino. Son los siguientes:
Los columpios, entre los que distinguían dos clases. Por un lado, el columpio propiamente dicho (oscillum), formado por una tabla para sentarse y unas cuerdas con las que se amarraba dicha tabla a una viga o a un árbol. Y por otro, la balanza (petaurum), que estaba formada por una tabla apoyada en su punto central sobre una piedra o un pivote. Entre cada uno de los extremos de la tabla se colocaba una persona, que se iban elevando y bajando alternativamente. Aunque es un tipo de divertimento de mujeres, en algunas de las representaciones gráficas que se conservan se puede ver usando estos columpios a algún que otro sátiro.
El aro de metal (trochus), las mujeres solían guiarlo con una vara ahorquillada llamada clavis.
La pelota paganica era otro de los entretenimientos claves para las féminas. La usaban de dos maneras: como juego de pelota propiamente dicho, utilizando el reticulum, o bien, como balón medicinal para ejercitar el cuerpo en los gimnasios de las termas antes de darse un baño.
Las muñecas. Las niñas y las muchachas romanas solían dedicarse a jugar con sus muñecas a las que vestían y adornaban con lindos ropajes y alhajas. Las pequeñas conservaban sus muñecas hasta el día de su desposorio, en ese momento entregaban su muñeca como ofrenda en el templo de su diosa. Era un acto ceremonial que expresaba el paso de niña a mujer.
Las numerosas muñecas que nos han llegado de los distintos descubrimientos arqueológicos han sido encontradas en las tumbas de niñas. Cuando las pequeñas morían a una edad temprana y sin haber contraído matrimonio, se las enterraba con su muñeca. Estos juguetes solían ser de diversos tipos: de trapo, realizadas en un material muy pobre pero con la ventaja de que eran muy suaves para apretarlas contra el pecho y abrazarlas; y de arcilla con brazos y piernas desnudos pegados a un cuerpo de eje largo. La cabeza era la parte más cuidada por los artesanos. Los creadores de muñecas realizaban un trabajo verdaderamente minucioso a la hora de dibujarle los rasgos en la cabeza de arcilla, las decoraban con diferentes peinados y sombreros característicos de la moda de la época.
Las muñecas más antiguas encontradas han sido halladas en Italia, sobre todo en la parte meridional de la península. En Sicilia, concretamente, se ha encontrado uno de estos ejemplares de arcilla en la tumba de una pequeña que vivió en el siglo V a.C. La muñequita aparecía acompañada de todos sus complementos, entre los que se han encontrado una vajilla en miniatura para jugar.
El caso de la vestal Cosssinia, de Tívoli: Hoy en día está conservada en el Museo Nacional Romano y fue encontrada en la tumba de la vestal. La muchacha que fue seleccionada por los sacerdotes para ser vestal tuvo que renunciar a casarse y, por lo tanto, conservó su virginidad. Por ello, Cossinia conservó su muñeca hasta la muerte y fue enterrada con ella como si de una pequeña niña se tratara. Debido a que Cossinia vivió a finales del siglo II principios del III, observamos que la muñeca va ataviada como una niña de esta época, peinada según la moda impuesta por la mujer de Severo, Julia Domna, con la raya en medio y las dos bandas de cabello que recaían sobre las mejillas. Portaba también un hermoso collar de oro en forma de eslabones de cadena. (FOTO ESCANEADA PAG. 57), las muñecas y los tobillos también estaban decorados con pulseras de oro. Estaba provista de un pequeño cofre de pasta vítrea para guardar sus joyas.
Estos eran los juegos propios a los que se dedicaban las mujeres, aunque también hay que decir que, al igual que los hombres, eran muy aficionadas a los dados y las tabas.
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