El latrunculi es el juego más serio y complicado de la antigüedad. Toma el nombre sus fichas, “latrones”, que significa “soldado mercenario”, aunque sus piezas, desde la época de Cicerón, se empezaron a llamar con términos como milites o bellatores.

Se trata de un juego de alta estrategia, en el que se intentaba reducir la contienda de dos ejércitos en un campo de batalla. Se enfrentan dos contrincantes. Cada uno maneja 16 piezas sobre un tablero, formando dos equipos organizados en disciplina y nomenclatura militar, llamado acies o milites. Las piezas se llaman calculi o latrones, y el equipo lo forman dos centuriones, dos elefantes, dos caballeros, dos satélites y ocho infantes. Hacen falta, entonces, distintos tipos de ficha para cada jugador, y cada una tiene una forma distinta de moverse. Cuando una pieza es rodeada por dos del equipo contrario, quedaba cogida (captus). Sin embargo, no tenemos elementos suficientes como para reconstruir las reglas de este juego, que comparte muchas de sus características con el ajedrez pero que, como sabemos, es un juego completamente distinto.

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