Aparte de los dados, que gustaban a la mayoría, los de tablero y estrategia eran queridos por muchos. Gustaban, sobre todo, a que demandaban raciocinio y concentración. Fijémonos en lo que opinaba el ilustre Cicerón:
¿Qué es la suerte? Algo similar al juego de las tabas o los dados, en que únicamente la ventura o la casualidad es lo que cuenta, no la reflexión ni el raciocinio
De todas formas, no sólo las grandes mentes romanas jugaban a estos juegos. Al igual que hoy, había juegos de tablero de normas sencillas que podían aprenderse en poco tiempo, y proporcionaban largas horas de entretenimiento. En el menú de la derecha tienes acceso a ellos, ¡adelante!
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