Como el propio Augusto, Claudio era un fanático de los dados, y jugaba aun cuando iba de viaje; para ello había adaptado un tablero fijo en el interior de su carro, y escribió un libro sobre los juegos de azar.
Aleam studiossime lusit, de cuius arte librum quoque emisit, solitus etiam in gestatione ludere, ita essedo alveoque adaptatis ne lupus confunderetur.
(Suetonio, Vida de los Césares, Claudio, XXXIII, Ed. J. C. Rolfe).
Pagina web realizada para el curso de Latín y Cultura Clásica (UPO, 2006)